¿Cómo gestionar nuestras emociones en tiempos de crisis?

¿Cómo gestionar nuestras emociones en tiempos de crisis?

Cuando atravesamos momentos de crisis, de cualquier índole, es cuando más vulnerables nos sentimos, somos más propensos a estresarnos, angustiarnos, incluso hasta podemos paralizarnos.

Sin embargo, las crisis son oportunidades claves en nuestra vida.

Es cuando debemos buscar las herramientas y ponernos en acción. Salir de ese estado o quedarnos allí va a depender de nuestra actitud y de nuestra forma de accionar.

En la actualidad, la pandemia está replanteando muchas áreas de nuestras vidas. Estamos atravesando momentos difíciles, de cambios constantes y de gran incertidumbre a nivel mundial.

Las formas de hacer las cosas como antes, están cambiando. Eso es un hecho, desde las rutinas, el trabajo, las modalidades de vincularnos con nuestras familias, amigos, jefes y compañeros. 

Dada esta situación, sumado al aislamiento social, nos vemos obligados a observarnos. Saber cómo gestionar nuestras emociones en estos tiempos difíciles puede resultar en interesante desafío y de resultados positivos.

La inteligencia emocional cobra, en este contexto, cada vez más relevancia, por lo que aquí te contamos algunas claves para afrontar situaciones de crisis. 

‘La salida es hacia adentro’

¿Qué es inteligencia emocional (IE)?

La Inteligencia Emocional es la habilidad para reconocer y comprender las propias emociones, así como también, autogestionarnos y relacionarnos con los demás.

Es decir, que no se puede controlar cuándo surge una emoción, pero sí cuánto tiempo me quedo ahí. Por otro lado, la inteligencia emocional nos permite reconocer los procesos de los demás, ser amable y comprensivo.

La IE Involucra un conjunto de competencias:  

Las competencias son el autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y gestión de las relaciones.

Hoy más que nunca la IE es una herramienta fundamental para gestionarnos en estas situaciones (que para muchos es desconocida).

¿Qué es una emoción? ¿Cómo funciona? 

E-MOVERE: significa etimológicamente: “e” significa hacia afuera y “movere”  significa movimiento, por lo tanto “emoción”, sencillamente, es energía que sale hacia afuera. 

Ante algo que percibimos y después de un complejo proceso cognitivo, emerge una emoción, que comprende tanto un proceso mental, así como también fisiológico. 

Todo en menos de un segundo y la mayoría de las veces, sucede sin darnos cuenta. Luego, si esto permanece con nosotros durante un tiempo, se convierte en un estado de ánimo. 

Las emociones son impulsos para actuar. Es decir, ese movimiento afecta mi acción, mi comportamiento. 

¿Qué me está pasando durante el aislamiento? 

Es normal que, ante un contexto extremo, de cambio radical de nuestras rutinas, de incertidumbre, nuestras libertades individuales se vean coartadas. Es lógico que tengamos un cóctel de emociones.

A esto le agregamos que, muchos de nosotros, en la rutina cotidiana, nos la pasamos ocupados o distraídos con numerosas actividades y no nos hacemos mucho espacio para frenar y mirarnos. Con lo cual, el mirarnos también es un desafío y genera cosas. 

Entonces, hay algunas emociones básicas que atravesamos en esta situación extrema. Es importante saber identificarlas, para luego gestionarlas, tomar acción.

Recordemos que no vamos a poder evitar que aparezca la emoción. Lo que sí podemos hacer es reconocerla, usarla a nuestro favor y dejar que siga su curso. 

Miedo

El miedo es una emoción que aparece cuando estamos en riesgo, hay una amenaza, como ahora, que literalmente estamos en riesgo. Y no sólo por nuestra vida o la de seres queridos, la escasez de alimentos o productos esenciales, sino por nuestros proyectos, trabajos, seguridad económica, física o patrimonial, toda la vida tal como la conocemos está en riesgo. 

¿Cómo reconocer el miedo? 

Nuestra mente y atención se centran en la amenaza. Nos cuesta pensar en otra cosa. Así mantenemos un estado de alerta. 

La sangre va a los músculos, por ejemplo, de las piernas, como predisposición innata para huir, por eso es que la cara se pone pálida. A veces por un instante nos quedamos paralizados, inmóviles. Los músculos tiemblan o se tensan. Las manos se ponen frías, a veces sudamos.

Y son todos procesos fisiológicos que aparecían en la época de las cavernas cuando un jabalí gigante se acercaba, como ahora que nos pasa esto, sumado a que nuestra fantasía se hace presente y nos imaginamos escenarios que potencian ese miedo. 

Adquirimos una gestualidad que transmite esta emoción, por ejemplo, la mandíbula cae, la boca se tensa, las cejas se elevan; eso hace normalmente que otros se den cuenta de lo que nos pasa y entonces recibamos apoyo. 

¿Para qué sirve el miedo? 

El miedo nos cuida. Nos mantiene vivos, a salvo de situaciones que nos puedan dañar, tanto física, como mental o emocionalmente. 

En lo que tenemos que tener cuidado es que el miedo no nos paralice o nos mueva a tomar acciones que no sean ecológicas, que no nos traigan bienestar o que tengan consecuencias indeseadas. 

Enojo

El enojo aparece normalmente cuando hay algún límite que ha sido transgredido. En estos días, algo que a muchas personas le detona el enojo es ver a otros incumpliendo las normas sanitarias. O teniendo conductas poco solidarias. 

Si convivís con alguien, probablemente haya muchas cosas que te van a generar enojo, muchos límites que serán transgredidos. De manera que es una excelente oportunidad para poner en práctica que te vamos a brindar.

¿Cómo reconocer el enojo? 

Para reconocer, es decir, ser conscientes de nuestro enojo, vamos a notar que aumenta el ritmo cardíaco. 

Los músculos se tensan, el foco está en la amenaza y me cuesta ver otra cosa. Apretamos la mandíbula, fruncimos el ceño. 

La sangre se va a las manos. Se incrementa la adrenalina y todo el sistema está diseñado para, automáticamente, tomar una acción rápida y fuerte. 

¿Para qué sirve el enojo? 

Así como el miedo activa el comportamiento “huir”, el enojo activa el comportamiento “atacar”. Entonces es un fuerte impulso para la acción. 

Es energía en gran medida para resolver situaciones de forma rápida. Es una emoción con una fuerte energía. El desafío está en cómo canalizar esa energía. 

El problema es cuando la ira nos conecta con acciones violentas y terminamos dañando a otros o a nosotros mismos. O a cosas. Acciones de las cuales después nos arrepentimos, porque tal vez, en el impulso de la ira no nos tomamos un tiempo para meditar la acción. 

En resumen, el enojo es una energía que bien utilizada puede ayudarnos a resolver situaciones eficazmente; y mal utilizada, puede causarnos daños o dañar a otros.

¿Cómo utilizar de manera correcta la energía del enojo?

En primer lugar, respirá. Andá a otro cuarto, mira para otro lado, respirá, concentrate en la respiración.

Luego, cuando notás que la sangre vuelve a su lugar, el ritmo cardiaco se estabiliza, recién ahí, analizas la decisión que vas a tomar.

Tristeza

La tristeza aparece cuando hay una pérdida. No sólo cuando perdemos a un ser querido, o algo que valorábamos, sino también cuando perdemos libertades, o cuando perdemos una expectativa.

En este momento tal vez estamos más centrados en qué perdimos, nuestra libertad de movimiento, nuestra libertad de encontrarnos. Muchos perdimos también trabajos, por lo tanto, perdimos también ingreso o seguridad económica. Perdimos proyectos en curso.

¿Para qué sirve la tristeza? 

La tristeza surge cuando esperábamos algo que no se va a dar. Aparece cuando tenemos que soltar o dejar ir cosas. 

Muchas veces, el enojo aparece funcional a tapar la tristeza, por eso es importante que reconozcas qué estás sintiendo en cada momento. Si es tristeza, dale lugar a la tristeza. Sentimos enojo por lo que causa una pérdida, y sentimos tristeza por la pérdida en sí.

¿Cómo reconocemos la tristeza?

Hay una baja en la energía, como que todo el cuerpo se pone más lento, las cejas se elevan y arrugan el entrecejo. Se humedecen los ojos. Se elevan las mejillas. Esto hace que nos reservemos, y que procesemos el duelo por la pérdida. 

El problema es cuando la tristeza se prolonga en el tiempo y no podemos salir de allí. 

Soluciones emocionalmente inteligentes: ¿Cómo gestionar las energías del miedo, enojo y tristeza?

Luego de haber repasado las 3 emociones principales que pueden aparecer en estos tiempos, vamos a brindarte 9 (nueve) herramientas efectivas para que puedas autogestionar de manera correcta tus emociones.

  1. ¡Alto ahí!

Lo primero que debemos hacer es frenar. No actúes desde el miedo o el enojo. Pará un segundo, pensá antes de reaccionar y mirá dónde estás parado. Es importante tomar todas las precauciones.

Observá si estás actuando desde el miedo o desde la búsqueda de bienestar. centrá la atención en tu respiración

Revisá las imágenes mentales que aparecen. Cuidado con crear ficciones desastrosas. Creá imágenes positivas, lugares, situaciones que te gustaría que te pase.

  1. Dale lugar a las emociones

No gastes energía en tratar de tapar, evitar u ocultar las emociones.

La naturaleza de las emociones es, justamente, energía que sale hacia afuera. Dale lugar, reconocelas, sentílas.

En ese proceso te vas a estar conociendo a vos también. Tal vez no sea lo más cómodo, pero menos cómodo es estar tratando de controlar lo incontrolable. A veces, tratando de luchar contra el miedo nos paralizamos.

Lo que sí podés es elegir cuánto tiempo permanecer allí. Una vez que cumplen su función, que entregan su mensaje, dejalas ir. 

  1. Frená el consumo excesivo de información

Informate lo suficiente, de forma útil, no te SOBREinformes. Los medios comunican de la forma que les es más rentable, y esto, muchas veces, es generando alarma

Entonces seleccioná las fuentes de información que sean fiables, y el resto, dejalo de lado. 

  1. Estado interruptor

Cuando tus pensamientos te abruman, frená, soltá el aire y hacé una respiración consciente y profunda. 

Despacio, sentí como el aire entra y sale de tu cuerpo un par de veces. Mantené todo tu foco allí, en esa respiración consciente. Sentí cómo tu cuerpo se afloja y hacé foco en otra cosa, en algo relajante, positivo, que te saque una sonrisa. 

  1. Descarga física.

Mové tu cuerpo, la energía se canaliza cuando nos movemos. Hacer un poco de ejercicio, ordenar, limpiar el hogar. 

  1. Automotivación

Es la capacidad de acción con algún fin útil, persiguiendo una meta de bienestar. Tranquilamente puede ir junto con el punto anterior. Es cuestión de cómo lo mires.

  1. Usar todo para crecer, aprender y avanzar

Es una regla fundamental que podés traer presente a tu vida, especialmente cuando sentís que estás atravesando situaciones desafiantes. Pase lo que pase, a la larga todo tiene una razón de ser y está al servicio de que podamos crecer y evolucionar

  1. Ver las oportunidades

Cambiemos las creencias de catástrofes. En las crisis, hay oportunidades. Observemos las oportunidades que se presentan en este contexto.

¿Para qué nos sirve este momento? ¿Qué utilidad le puedo encontrar? ¿Cómo puedo transformar un problema? Podemos reencuadrarlo. 

Tenemos muchas limitaciones, es cierto. Ahora bien, ¿qué puedo hacer? Aprovechá para hacer todas esas cosas que antes no podías porque no tenías tiempo.

Entonces, en lugar de centrarnos en las pérdidas, podemos centrarnos en lo que ganamos, en lo que esta situación nos trae, por ejemplo, TIEMPO más tiempo en casa, más tiempo con nosotros o con nuestra familia

Ganamos bajar un cambio, conectar nuestra creatividad. Ganamos tiempo para hacer cosas que veníamos postergando.

Ganamos en conexión con nosotros mismos. Ganamos tiempo para ver esas películas que nos recomendaron, leer ese libro que venimos postergando,aprender alguna habilidad nueva, ver documentales, tomar mates con un amigo vía videollamada y un millón de opciones más.

  1. Desconectarse y conectarse

Desconectarse de las cosas que te bajan la energía, que te hacen mal. Quizás, es parte de nuestra rutina y el dejar a un lado, resulte difícil pero es necesario. De esta manera, tendrás más energía para conectarte con ¡las cosas que sí te hacen bien!

Estamos en una excelente oportunidad para conocernos, autogestionarnos, renovarnos, y ser mejores que antes.

Nuestra idea es apoyarte a sacar el mejor provecho de esta situación, mientras nos cuidamos, seguimos creciendo.