Oratoria: El presentador y los sistemas representativos

Los seres humanos seleccionamos, entre las muchas informaciones que se nos ofrecen, aquellas que tienen trascendencia y significado para nosotros. No todos reparamos en lo mismo, nuestra atención es subjetiva. Los sistemas representativos son las maneras en que recogemos, almacenamos y codificamos la información en nuestra mente (ver, oír, gustar, tocar y oler). Hay tres sistemas representativos: el visual, el auditivo y el kinestésico. Ninguno es mejor que otro, son diferentes y cada uno tiene sus ventajas y desventajas, según lo que se intente hacer. Como presentadores, es interesante conocer nuestro sistema representativo preferido para potenciar nuestra presentación.

Usaremos los sistemas representativos a lo largo y a lo ancho de nuestras presentaciones y actividades formativas. En la previa, al diseñar, usaremos la estrategia de Walt Disney, pasando por los tres canales para crear nuestra presentación.

Al momento de presentar, también debemos tener en cuenta que en la audiencia hay personas preferentemente visuales, auditivas o kinestésicas, y la presentación debería incluir a todos. Para esto, nos valemos de diferentes recursos: auditivos (una clara exposición, la variación de nuestra voz, usar música para crear clima, ordenar paso a paso el discurso), visuales (presentaciones, videos, gráficos, esquemas, imágenes, nuestro lenguaje corporal) y kinestésicos (ejercicios, juegos, conexión emocional, usar el cuerpo).

De esta manera nos aseguramos incluir a todos y generar un aprendizaje y recuerdo completo de nuestro tema. Entonces, es importante reconocer en nuestra audiencia quiénes son visuales, quiénes auditivos y quiénes kinestésicos, de manera de llegar de manera acertada a cada uno de ellos.

Las personas preferentemente visuales suelen estar bien erguidas, con los hombros hacia atrás y el mentón hacia arriba. Gesticulan con las manos “dibujando” lo que dicen. Llevan los ojos hacia arriba y hablan a una velocidad rápida. Son personas generalmente creativas y al conversar con otros mantienen una distancia amplia, para poder VER mejor al otro.

Ante una presentación, las personas visuales necesitan que el orador vaya rápido, mostrando los aspectos más importantes y sin redundar. Puede que pregunten cosas adelantándose y se pondrán ansiosos si no se llega rápido a ese punto. Además, necesitan ayudas visuales.

Las personas preferentemente auditivas, mantienen una postura media, hombros al medio y mentón al medio. Los ojos suelen moverse en la línea media y hablan con un volumen y velocidad medios. El proceso de pensamiento de las personas auditivas es lineal, de un paso a la vez. Son personas ordenadas, detallistas y que usan mucho la lógica.

Por esto, las presentaciones dirigidas a las personas auditivas, deben seguir un orden lógico y repasar punto por punto, asegurándonos que comprendieron un tema antes de pasar al siguiente. Además, es importante presentar argumentos racionales y lógicos.

Las personas preferentemente kinestésicas, suelen estar parados sobre una pierna, relajando la otra. Mantienen los hombros hacia abajo y suelen hacer movimientos envolventes en la zona del abdomen. Las personas kinestésicas están más conectadas con sus emociones y sensaciones, por eso el color de su piel y su voz varían al son de lo emocional. Confían más en lo que sienten que en lo que piensan y con frecuencia se guían por su intuición. Para ellos, los argumentos lógicos no son lo más importante.

Para llegar a las personas kinestésicas, es fundamental conectar desde lo emocional, por ejemplo, contando historias, mostrando vulnerabilidad y cercanía.

Como normalmente en una audiencia tenemos un mix, tenemos que asegurarnos de pasar por todos los sistemas representativos, para que tanto visuales, como auditivos y kinestésicos se sientan incluidos y atrapados por nuestra presentación.