Metamodelo del Lenguaje: Distorsiones

Distorsiones del Lenguaje

Muchas veces cuando hablamos, falseamos o deformamos parte de lo que percibimos efectivamente con nuestros sentidos. Al poner en palabras, cometemos distorsiones del lenguaje. En PNL prestamos mucha atención al uso que le damos al lenguaje. No sólo para comunicarnos con mayor claridad, sino para mantener un modelo del mundo enriquecido y potenciador; y muchas veces, cuando distorsionamos el lenguaje, nos limitamos. Para eso, las distorsiones están incluidas en el Metamodelo del Lenguaje.

Hay cuatro tipos de distorsiones:

1. Nominalizaciones

Llamamos nominalización a las palabras que resultan del proceso de convertir un verbo que describe un proceso en un sustantivo, un acontecimiento o una cosa. Ejemplo: reconocimiento, valor, calidad, respeto, libertad.

Son sustantivos que no se pueden ver, oír, oler, tocar o probar. Son cosas que no podemos encerrar en una habitación. Es decir, no tienen base sensorial. Cuando al hablar, usamos estas palabras, asumimos que para todas las personas significan lo mismo, pero no, hay tantos significados como personas.

Por ejemplo, si me dicen “no me siento reconocido”, debemos averiguar qué significa específicamente para esa persona “reconocimiento”. Para esto desafiamos preguntando “¿De qué manera?” “¿Cómo?” Y para lograr mayor precisión, podríamos agregar nuestra palabra mágica: “específicamente”. Entonces podríamos preguntar: ¿Cómo, específicamente, te sentirías reconocido? ¿Qué, específicamente, tendría que hacer yo para que te sientas reconocido?

2. Causa – Efecto

Esta distorsión define que hay un sujeto activo (la causa) que le hace algo (efecto) al sujeto pasivo (víctima). Por ejemplo: “Carlos me pone nerviosa”. De esta manera, se le da poder (a Carlos) sobre nuestro estado emocional (nervios).

Se traslada la responsabilidad de la propia experiencia y de la propia conducta a otra persona y se quita a sí mismo la posibilidad de hacer algo para transformar la propia vida. Un poder que en realidad no tiene.

Cada persona reacciona ante los comportamientos de los demás: “Me pongo nerviosa cada vez que Carlos hace tal cosa”. Preguntando ¿de qué manera? generamos nuevas opciones de respuesta, conectando a la persona con el proceso por el cual ella misma genera ese estado emocional.

Las personas no tienen control directo sobre los estados emocionales de otras personas, esta es una creencia limitante. Porque en realidad, la gente HACE, no TE HACE.

3. Lectura de mente

Esta distorsión se da cuando una persona presume saber, sin evidencia directa, lo que la otra persona está pensando, sintiendo, queriendo, necesitando, etc. Es un a presuposición o inferencia. Presumimos saber lo que el otro está pensando. A menudo es una proyección de lo que nosotros mismos sentiríamos, pensaríamos o necesitaríamos en esa situación.

Esta distorsión se da más a menudo cuando la relación es más cercana. “Ya sé qué te pasa. Estás molesto por tal cosa”. ¿Cómo lo sabes?

Por otro lado, la otra cara de la moneda, es cuando nosotros esperamos que los otros sepan qué sentimos, queremos o necesitamos, aún cuando no lo decimos directamente. “Deberías saber qué es lo que quiero que me regales para mi cumpleaños”. ¿Cómo podría saberlo?

4. Fuente Perdida

Se trata de afirmaciones que damos por válidas y que, cuando las decimos, creemos que todo el mundo en todas las circunstancias las dan por ciertas. Son falsas verdades o reglas universales.

La fuente perdida es una distorsión en la medida que es una verdad que afirmamos basados tal vez en alguna costumbre popular o simplemente en la propia creencia de que las cosas SON así, cuando en realidad, nosotros lo experimentamos así, no es una experiencia generalizada. Generalmente no conocemos el autor de esas frases. Pueden ser válidas para un determinado contexto cultural, o un grupo con códigos particulares, pero hay otras que pueden generar confusiones, alejar mapas o ser limitantes.

Por ejemplo: “el vino se toma sin hielo”; “las mujeres escuchan mejor que los hombres”; “hay que dejar 10% de propina”; “los jugadores de fútbol tienen suerte”. A estas afirmaciones las desafiamos preguntando ¿Quién dice? o ¿Cómo lo sabes?

Como podrás apreciar, la mayoría de los desafíos del Metamodelo del Lenguaje se basan en preguntas que conectan directamente la estructura de superficie con la estructura profunda. Dicho de forma coloquial… son invasivas. Estás cuestionando cosas que la gente normalmente no se cuestiona o no se pregunta. Entonces, es muy importante que tengas cuidado con la cantidad e intensidad de preguntas de metamodelo que haces a una persona. En PNL queremos construir puentes para mejorar la comunicación, no barreras. Si haces estas preguntas de manera invasiva, puede resultar contraproducente. Entonces, ¿cuándo metamodelear? Cuando considero que es sumamente necesario para comprender al otro y sólo si estamos en rapport. De otra manera, puede resultar contraproducente.

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